lunes, 30 de mayo de 2016

A los 239 años de su nacimiento


JACINTO LARA, PRÓCER
DE MIL BATALLAS


De no haber sido prócer Jacinto Lara habría sido un  privilegiado cronista de la Guerra de Independencia.  No en vano hubo de participar en las principales batallas y acciones que definieron la empresa libertaria. Nacido en Carora el 28 de mayo de 1777, hijo del español Miguel de Lara y la venezolana Juana Paula Meléndez, se dedica desde muy joven al comercio del ganado vacuno lo que le permite amasar una pequeña fortuna. En esas tareas comerciales hace amistad con el también negociante  José Tomas Boves la cual  se mantuvo hasta que el asturiano opta por militar en el bando realista. Lara se incorpora a la gesta libertaria en 1810 a través de la “Junta Patriótica” al tiempo que se activa en las milicias de Araure y Ospino. Un provechoso aprendizaje que le permitirá acompañar al Generalísimo  Francisco de Miranda en la operación contra los insurrectos de Valencia en 1811. 

En 1812 recibe el grado de teniente coronel, y  al año siguiente ya combate bajo las órdenes de Simón Bolívar en la batalla de San José de Cúcuta contra el coronel Ramón Correa, y el mismo año en plena “Campaña Admirable” actúa en los combates de Niquitao,  los Horcones y Taguanes.  Siempre bajo el mando del Libertador interviene en las  batallas de Puerto Cabello, Bárbula, Trincheras y Vigirima. Sin tregua, se hace presente en la primera batalla de Carabobo el 28 de mayo de 1814 cuando las fuerzas de Bolívar derrotan a las tropas españolas al mando del Mariscal de Campo Juan Manuel de Cajigal y Martínez. Luego bajo las órdenes del general Rafael Urdaneta prosigue en los enfrentamientos encabezados por el jefe zuliano en el occidente del país  y en la retirada hacia  Nueva Granada. 

Mientras Bolívar viaja a las Antillas para recomponer sus fuerzas en 1815, Lara permanece en Nueva Granada  hasta la llegada del general Pablo Morillo cuando al frente de un grupo de republicanos se repliega a los llanos de Apure donde se suma a las tropas del “León de Payara” José Antonio Páez en la mayor parte de los combates librados contra las huestes realistas. En 1817 ya como coronel, se destaca en las operaciones que condujeron a la conquista de Guayana, primero al lado del general Manuel Piar y luego nuevamente bajo el mando de Bolívar. 


En diciembre del mismo año, siempre al lado del Libertador participa en la campaña del centro. En agosto de 1818 acompaña al general Francisco de Paula Santander a la provincia de Casanare cuando el oficial neogranadino es comisionado por Bolívar para organizar la vanguardia de la campaña por la liberación de Nueva Granada. Cuando ésta se produce un año después, ya ejerce el cargo el subjefe  del Estado Mayor. En esos días ejecuta la campaña sobre Maracaibo desde  Riohacha y La Guajira la cual es  diferida por  órdenes de Bolívar como consecuencia del Armisticio firmado en Trujillo con los realistas. 

Pareciera que el intenso fogueo de la guerra no hiciera mella en la reciedumbre del terco combatiente. En 1822, es ascendido a general de brigada y ese mismo año viaja al Perú con el general Manuel Valdez en la llamada División Auxiliar Colombiana: dos años más tarde el 3 de diciembre de  1824, Lara se consagra definitivamente como un insigne estratega en la batalla de Corpahuaico un enfrentamiento entre las fuerzas del  Ejército Unido Libertador del Perú  comandado por el  general Sucre y los cuerpos avanzados del Ejército Real del Perú  al mando del jefe realista Gerónimo Valdés . También está presente en la batalla de Ayacucho al frente de una división de reserva de las fuerza comandadas por el Mariscal Antonio José de Sucre cuyo desempeño le merece el reconocimiento con el ascenso a general de división al tiempo que el Congreso peruano le confiere el grado de general de los ejércitos de la República asumiendo  la comandancia de la división Gran Colombiana Auxiliar del Perú.   Ya de regreso a Colombia  se desempeña sucesivamente como intendente y comandante general del Departamento del Zulia en 1828 y ese mismo año como comandante general del Departamento del Orinoco. 

Separada Venezuela de la Gran Colombia, Lara se retira de la vida pública y junto a su esposa Nemecia Urrieta regresa a sus tareas como comerciante y ganadero al frente de sus hatos “La cabra” y “Quediches”. No obstante en reconocimiento a sus méritos en la guerra, entre los años 1843 y 1847 ejerce la gobernación de la Provincia de Barquisimeto cargo que desempeña  durante cuatro años. Lara fallece el 25 de febrero de 1859 a los 81 años.  En 1881 es elevado al rango de héroe y desde el 24 de julio de 1911 sus restos reposan en el Panteón Nacional. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario